jueves, 24 de agosto de 2017
Opinión 58 : Lloviznas y un asunto sin importancia, o quizás no.
Cae una fina y perezosa llovizna que baña estas tierras despreocupadamente, como por descuido, casi parece un accidente del destino. Una pluma seca se agrieta y corre el riesgo de romperse al escribir, por suerte hoy estamos servidos de humedad, con este telón de fondo digno de las obras de los maestros flamencos, retorno a mi trabajo, la escritura es una amante absorbente, siempre quiere más y vive Dios que no seré yo quién se lo niegue.
Resulta que hoy de buena mañana meditaba yo sobre los ganaderos y su oficio, cosa curiosa. No me considero uno de ellos, pues aún a pesar de tener algunas cabezas de ganado y unas cuantas tierras, soy un mero observador, que se consideren miembros del oficio aquellos que vivan de él a tiempo completo, no me parece cabal llamarme labrador ni terrateniente cuando me hallo en posesión de todos los pertrechos más por circunstancia que por deseo, no es ni mucho una explotación a gran escala. A pesar de lo dicho, soy un hombre curioso y de mente abierta por naturaleza y a fuerza de vivir entre ganaderos, acabé conociendo el percal y quisiera poder trasladar al público mi opinión sobre el tema. No es cuestión de física experimental, simplemente requiere tiempo, dedicación, paciencia y mucho brazo aún a pesar de la tecnología. Sobre todo es conveniente recordar una máxima que por estos lares se lleva repitiendo desde que tengo memoria, cargada de la fuerza y la vehemencia que caracterizan a las gentes montañesas:
"Si quieres tener algo, asegúrate de cuidarlo bien, si no, sencillamente no lo tengas, será mejor para todos"
Digo esto porque por ahí abundan ciertos especímenes de ganadero de altos vuelos de bajo coste, que por creer que saben no cuidan de saber más, abarcando por codicia más de lo que pueden apretar para luego verse obligados a desatender a sus animales que terminan abandonando las fincas por hambre y por sed, sé bien de lo que hablo y sinceramente, esto no debería ser así. La mala cabeza de unos pocos redunda en el perjuicio de muchos.
Hasta aquí el artículo de hoy, fue un tanto costumbrista y rural pero debía poner esto en conocimiento del público, como ya dije en el título, es un asuntillo sin importancia o quizás no, depende de quién lo lea. Esa es vuestra misión querido público, como siempre espero que haya sido de vuestro agrado.
Atentamente
El Escriba
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