jueves, 20 de julio de 2017

Opinión 31 : Nubes perezosas y una mente atareada


Hace un rato miraba las nubes, perezosas, jirones grises en el cielo, dueñas de si mismas y al mismo tiempo esclavas del viento cambiante como los hombres lo somos del destino. Tras una buena comida, en lo tocante a asuntos culinarios estoy en buenas manos, yo mismo hago mis pinitos a veces, pero la maestría la dejo para otros, me dispongo a trasladaros mi reflexión diaria.

La tertulia de hoy versará sobre la lectura. Placer inconmensurable para algunos, tortura china para otros, el problema de este mundo es que no se piensa si no es en términos generales y por eso algunos se estrellan contra los libros como lo hace el toro contra el roble centenario. En opinión de este humilde "gasta-teclas" la elección de un libro es como la de la bebida, no todos queremos lo mismo, unos prefieren el "cubata" de toda la vida, mientras que otros, más refinados quizá, se decantan por un jerez, puede llegar un tercero en cambio que disfrute con el orujo y así hasta el fin. Lo que quiero decir con esta metáfora es que cada uno lee lo que quiere , cuando quiere y como quiere. Un género que a uno le apasiona , a otro le repugna, en ese aspecto no debe uno moverse por modas, debe tener un criterio propio, aunque francamente, probar cosas nuevas no hace daño a nadie, yo mismo  me he llevado más de una sorpresa descubriendo mis gustos entre páginas. En esto no puedo ser imparcial, soy un devorador de historias. Iniciado en estas lides desde mi más tierna infancia, leí mi primer libro sin dibujos recién cumplidos los 7 años. Aún recuerdo la trifulca que tuve con mi librera de confianza  puesto que ella temía que fuese demasiado para mí, baste deciros que a las dos semanas me presenté allí reclamando el siguiente volumen de la trilogía. De vez en cuando, aún me lo recuerda con asombro. Desde entonces, para qué mentir, no pude parar, me pasé al formato digital para ahorrar espacio y he ido catando de todo, filosofía, bélica, histórica, satírica, poesía incluso me sorprendí disfrutando de algún que otro volumen de novela romántica. Me lo llegan a decir hace años y mi respuesta hubiese sido una carcajada cargada de indiferencia, pero la lectura, al igual que un romance, cambia a los hombres.


Lo que pretendo recomendar después de haber soltado todo este rollo, es que la próxima vez que veáis un libro, no salgáis espantados, no muerden, echad un vistazo, quizá os sorprendáis las historias atrapan. Espero que mi consejo os ayude y que esto, como siempre, haya sido de vuestro agrado

Atentamente

El Escriba

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